Celebramos la niñez compartiendo 10 sugerencias para favorecer su descanso.
Mantener horarios regulares. El horario regular los ayuda a comprender que es la hora de dormir.
Asegurarnos que las horas de sueño sean suficientes. Compartimos un gráfico avalado por la American Academy of Sleep Medicine, AASM (La Academia Estadounidense de la Medicina del Sueño) sobre el tiempo que los niños necesitan para dormir en las diferentes etapas de su desarrollo.
Favorecer que puedan dormir de forma independiente cuando sea posible: que duerma en la cama de su habitación. De este modo, el cerebro de nuestro hijo o hija asocia que su cama lo induce al sueño. El cambio continuo de lugar para dormir no favorece a un buen hábito de sueño ya que envía señales equívocas y alternantes al cerebro.
Establecer una rutina constante antes de dormir favorece el buen sueño. Resulta útil crear junto al niño un collage con los pasos que debemos seguir antes de irnos a dormir. Esta rutina podría ser: ducharse, ponerse el pijama, cenar, lavarse los dientes, dar las buenas noches e irse a la cama a leer. Establecer una rutina diaria permite al cerebro aprender que detrás de una acción viene la siguiente, lo cual predispone positivamente a ir a la cama.
Asegurar un ambiente confortable. La habitación debe ser un espacio calmo, cómodo, con temperatura ambiente adecuada y oscuro. Evita la luz intensa al acostarlo. Si el niño lo requiere puede utilizarse una luz tenue que no interfiera en su descanso.
Evitar actividades estimulantes previas al sueño: sin dispositivos electrónicos y televisión antes de dormir. Está comprobado que las luces, sonidos y movimientos de los aparatos electrónicos impiden la aparición del sueño y favorecen la activación cerebral.
Realizar siestas (son necesarias hasta los cuatro o cinco años).
Favorecer las actividades al aire libre y el ejercicio durante el día.
Consultar al pediatra si existen problemas de sueño específicos como pesadillas frecuentes o ronquidos.
Leerles un cuento antes de dormir. La lectura potencia el amor por los libros, fortalece el vínculo con sus cuidadores, cultivan su mente, mejora su atención y descansan más.
